miércoles, 25 de agosto de 2010

OTRA VEZ LAURA


Anoche, más o menos a las 3 de la madrugada, me llamó Laura.
Hacía como nueve meses que no sabía nada de ella.
Me preguntaba cosas como si aquí también fuera invierno, y tuve que explicarle que aquí en Sevilla el termómetro bailaba con la cincuentena de grados centígrados.
Como siempre, cuando me llamaba, yo tenía la ilusión de que me llamara para hablar de nosotros, sin embargo ella quería hablarme de Fogwill.
Estaba triste y Fogwill le recordaba a mí, porque yo me dejé un libro de él en su casa.
También me preguntó por qué tenía tan abandonado este blog, y no supe qué decirle.
Le dije que sí, que tenía razón, que estaba abandonado porque tenía otras cosas, porque me pasaban otras cosas, no sé, coartadas, supongo.
Busqué en su voz un reproche, soñé con sentir en el tono de sus palabras algo parecido a un "¿es que ya no te acuerdas de mí?" que no encontré en ningún momento.
Cuando colgué el teléfono me dije que no podía ser y que hoy, o mañana, pasado a lo más tardar, colgaría aquí los emails que le escribieron después de leer el libro que yo le dediqué.
Palabra.
*

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