Anoche me llegó un email de Laura. Le había hablado de esta historia y me dejó un comentario en una entrada de mi blog personal donde decía que también ella se relamía.
En realidad era de ella de donde provenía casi todo el miedo de llevar a cabo este proyecto de voyeurismo o de disección.
El email supuraba cierta impaciencia, y no sé si eso me gusta o me agobia.
Le expliqué que ahora estaba con Cabaret en las tripas del difunto, en París, rodeado de misterios demasiado salvajes, que una vez decidiera poner "de verdad" el punto y final de esa historia, me dedicaría a ese cuidado y minucioso rastreo de Últimas 2 horas y 58 minutos. Quería darle la voz a ella.
Ella me reprochó que ni siquiera hubiera colgado la música que aparece en la novela.
Bien, ahí va una de las canciones que no sonaba en la novela a pesar de aparecer en los lugares donde mi omninconsciencia no fue capaz de llegar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Necesitaba escuchar esta canción.
ResponderEliminar