jueves, 27 de agosto de 2009

Email de Paul Viejo a Laura Mascherano

Laura Mascherano recibió este email, según me dijo, en mayo de 2008:

Hola, no sé si existe realmente un 'resto de la historia'. Y me intriga.
Pero te escribo para decirte que hoy aparece una reseña de estas dos horas en el diario Público.
Te deseo lo mejor.
Seguimos hablado,
P.
PD: Por dios, ¿qué estoy haciendo? ¿a quién escribo?

Hola, Paul:
sólo quería preguntarte algo que me puse a pensar el otro día.
¿Cómo tenías el email que me mandó el narrador antes de que llegue a Baires?
Saludo.
Laura.

viernes, 21 de agosto de 2009

Laura Mascherano



Miguel Ángel:
Pasó el tiempo. Me hablaste de este "experimento" (yo tampoco lo llamaría así), pero no sé dónde quedó todo. Me pediste los emails de los lectores, y yo te los envié, relamiéndome, como vos dijiste que hacías mientras esperabas. Bien, estamos a 19 de agosto. Espero algo. Espero.
Ah, te agradezco "Laura Va". ¿Decís que "sonaba" en la novela aunque no se "oiga" o algo así? No sé si te das cuenta de que eso es interesante. Ahí hay un camino. Vos que tanto hablás del iceberg y esas pelotudeces, ¿por qué no agarrás el desafío de una vez, de frente, y hacés lo que de verdad querés, si es que querés?
Es un consejo nomás.
Sí, podés poner el email en el blog aunque no sé qué interés puede tener. Sos muy porno igual.
Beso.
Laura

Bien, la primera música que "suena" en la novela, y que además "se oye", acompañando la primera de las huidas es ésta, y en la voz de Jeff Buckley.
Laura, tienes razón.
Allá voy.

viernes, 7 de agosto de 2009

Laura va

Anoche me llegó un email de Laura. Le había hablado de esta historia y me dejó un comentario en una entrada de mi blog personal donde decía que también ella se relamía.
En realidad era de ella de donde provenía casi todo el miedo de llevar a cabo este proyecto de voyeurismo o de disección.
El email supuraba cierta impaciencia, y no sé si eso me gusta o me agobia.
Le expliqué que ahora estaba con
Cabaret en las tripas del difunto, en París, rodeado de misterios demasiado salvajes, que una vez decidiera poner "de verdad" el punto y final de esa historia, me dedicaría a ese cuidado y minucioso rastreo de Últimas 2 horas y 58 minutos. Quería darle la voz a ella.
Ella me reprochó que ni siquiera hubiera colgado la música que aparece en la novela.
Bien, ahí va una de las canciones que no sonaba en la novela a pesar de aparecer en los lugares donde mi omninconsciencia no fue capaz de llegar.